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El pasado 8 de octubre, la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, decidía dar un arriesgado paso al frente y convocar elecciones de forma anticipada después de que Ciudadanos rompiese un pacto de investidura que mantenía a duras penas a los socialistas en el gobierno.La líder del PSOE andaluz, confiada en que su partido obtendría un resultado incluso mejor que el de 2015, justificó su decisión en la necesidad de dotar de estabilidad política a la región.
Sin embargo, los comicios se saldaron con un importante batacazo para Díaz que abría la puerta a un Ejecutivo de Partido Popular y la formación naranja en la Junta, después de 36 años ininterrumpidos de gobiernos socialistas. Esta nueva coyuntura política, que se va cimentando tras el acercamiento para gobernar de las dos formaciones de derecha, propiciaría, entre otras cosas, un auténtico seismo en el sector público andaluz, una auténtica 'tela de araña' de entes, fundaciones, organismos sobredimensionados y cargos a dedo, que ni siquiera en los últimos días de Díaz en la Junta se han frenado.
Desde la convocatoria de las elecciones autonómicas, el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (Boja) no ha dejado de publicar adjudicaciones de puestos de trabajo de libre designación -mayoritariamente de niveles inferiores al 29 y 30- a un ritmo medio de uno diario. En total, más de medio centenar nombramientos a dedo, una fórmula que según los sindicatos de la Función Pública y el Partido Popular y Ciudadanos esconde decisiones arbitrarias y premian el 'amiguismo'.
Los puestos que afloran ahora en el boletín oficial andaluz fueron convocados en su mayoría entre octubre y noviembre y según apuntan desde el Sindicato Andaluz de Funcionarios (SAF), la central con mayor representatividad en el ámbito funcionarial de la Administración General de la Junta, evidencia una excepcional premura para publicarlos en el Boja "una vez los responsables del Gobierno han visto las orejas al lobo".
Sin embargo, los comicios se saldaron con un importante batacazo para Díaz que abría la puerta a un Ejecutivo de Partido Popular y la formación naranja en la Junta, después de 36 años ininterrumpidos de gobiernos socialistas. Esta nueva coyuntura política, que se va cimentando tras el acercamiento para gobernar de las dos formaciones de derecha, propiciaría, entre otras cosas, un auténtico seismo en el sector público andaluz, una auténtica 'tela de araña' de entes, fundaciones, organismos sobredimensionados y cargos a dedo, que ni siquiera en los últimos días de Díaz en la Junta se han frenado.
Desde la convocatoria de las elecciones autonómicas, el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (Boja) no ha dejado de publicar adjudicaciones de puestos de trabajo de libre designación -mayoritariamente de niveles inferiores al 29 y 30- a un ritmo medio de uno diario. En total, más de medio centenar nombramientos a dedo, una fórmula que según los sindicatos de la Función Pública y el Partido Popular y Ciudadanos esconde decisiones arbitrarias y premian el 'amiguismo'.
Los puestos que afloran ahora en el boletín oficial andaluz fueron convocados en su mayoría entre octubre y noviembre y según apuntan desde el Sindicato Andaluz de Funcionarios (SAF), la central con mayor representatividad en el ámbito funcionarial de la Administración General de la Junta, evidencia una excepcional premura para publicarlos en el Boja "una vez los responsables del Gobierno han visto las orejas al lobo".
Junto a esto, aparecen durante este periodo más de 60 nuevas convocatorias de puestos de libre designación, que tendrán que adjudicarse en las próximas semanas, muchos antes de que desembarque en San Telmo un nuevo Ejecutivo. Sólo el día 9 de octubre -el siguiente de la convocatoria de elecciones autonómicas- se abría la puerta a cubrir a dedo nueve cargos intermedios y de jefes de sección.
2.300 puestos de trabajo de libre designación
En la Junta de Andalucía hay cerca de 2.300 puestos de libre designación, tanto políticos como técnicos, según asegura Alfonso Calabuig, portavoz de SAF, a los que se unen casi 250 eventuales, la mayoría vinculados a Presidencia, que no son funcionarios, y que desaparecen cuando haya un relevo en la Junta.
Calabuig insiste en que las designaciones a dedo deberían estar limitadas a los altos cargos y afectar solo a los niveles 29 y 30, algo que defendió Ciudadanos cuando se prestó a sellar un pacto de investidura con Susana Díaz. "Por debajo de esos niveles deberían cubrirse los puestos por concurso. Todo lo que no sea así permite procesos oscuros, enfangados y opacos. Ni los sindicatos conocen los criterios de la adjudicación, ni los descartados la razón por la que lo han sido", asegura el portavoz sindical.
2.300 puestos de trabajo de libre designación
En la Junta de Andalucía hay cerca de 2.300 puestos de libre designación, tanto políticos como técnicos, según asegura Alfonso Calabuig, portavoz de SAF, a los que se unen casi 250 eventuales, la mayoría vinculados a Presidencia, que no son funcionarios, y que desaparecen cuando haya un relevo en la Junta.
Calabuig insiste en que las designaciones a dedo deberían estar limitadas a los altos cargos y afectar solo a los niveles 29 y 30, algo que defendió Ciudadanos cuando se prestó a sellar un pacto de investidura con Susana Díaz. "Por debajo de esos niveles deberían cubrirse los puestos por concurso. Todo lo que no sea así permite procesos oscuros, enfangados y opacos. Ni los sindicatos conocen los criterios de la adjudicación, ni los descartados la razón por la que lo han sido", asegura el portavoz sindical.
"Hay gente que ha recurrido, pero la sentencia tarda entre unas cosas y otras hasta 14 años. En ocasiones hay un puesto para cubrir y meses antes ya hay una persona trabajando de forma interina que es la que finalmente obtiene el puesto. Los tribunales ya nos han dicho que los niveles menores de nivel 29 deben ser ocupados por concurso", asegura.
Calabuig admite que la 'tela de araña' de la Administración andaluza no se puede destruir de un día para otro, pero cree que es probable que la llegada de un nuevo Ejecutivo facilite el cese de una buena parte de estos casi 2.300 funcionarios colocados a dedo, que lógicamente no perderían empleo, pero que deberían volver a su puesto anterior, "sino ha sido cubierto previamente".
Calabuig admite que la 'tela de araña' de la Administración andaluza no se puede destruir de un día para otro, pero cree que es probable que la llegada de un nuevo Ejecutivo facilite el cese de una buena parte de estos casi 2.300 funcionarios colocados a dedo, que lógicamente no perderían empleo, pero que deberían volver a su puesto anterior, "sino ha sido cubierto previamente".